Si sois asiduos al catálogo de Ivrea, seguro que conocéis o habéis oído hablar del manga ¡Amasando Japan! (Yakitate!! Japan), el famoso título de Takashi Hashiguchi sobre el mundo de la panadería. Tras el éxito de esta serie, parecía que el autor había decidido darse un respiro y que había desaparecido del panorama editorial, pero nada más lejos de la realidad. Aunque aún desconocido por muchos, Hashiguchi ha trabajado desde hace un tiempo en otro manga igual de entretenido que terminó hace sólo unos meses en su revista de origen.
Mikoto Saijou es un niño que debido a sus problemas de corazón, se ha interesado siempre por el mundo de la medicina. Su pediatra, impresionado por el empuje y las cualidades que demuestra tener, le anima a que estudie medicina de mayor, y así lo hace. Diez años más tarde, Mikoto se ha convertido en uno de los mejores cirujanos de Estados Unidos y vuelve a Japón para cumplir su sueño como jefe de pediatría para salvar la vida de los niños, tal como hacía su amigo doctor. Pero no todo será tan fácil: dentro del hospital encontrará a amigos y aliados que le ayudarán a hacer frente a las intrigas políticas del centro, y también a detractores y envidiosos que no verán bien sus técnicas revolucionarias e intentarán acabar con su carrera a toda costa.
El cirujano perfecto (Saijou no Meii) es una muestra más de que hay manga para todo. Si bien no ha llegado al nivel de otras obras sobre medicina como Godhand Teru o el clásico Black Jack, lo cierto es que se trata de un título muy ameno y correcto, que no cae en clichés y que aún con su peculiar humor, retrata de forma fidedigna los problemas con los que se enfrentan los médicos en su día a día, haciendo hincapié también en los asuntos políticos del sistema sanitario japonés. Parte del mérito se lo lleva el doctor Osamu Iwanaka, profesor de la Universidad de Tokyo que supervisó el proyecto para que no hubiera ningún error en los procesos que se describen. Aunque su anterior obra era sobre algo tan distinto como la panadería, no es de extrañar que Hashiguchi haya optado esta vez por la pediatría, ya que según cuenta él mismo ya tenía en mente crear una historia así desde hacía tiempo, y no hay que olvidar su relación amistosa con Masato Fujisaki, autor del manga Wild Life sobre veterinaria, que le metió el gusanillo de la medicina en el cuerpo.
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