Sin quitar importancia a los cortos y a los manga, está claro que esta semana hay que hablar de películas. ¿Qué papel han jugado las películas japonesas en los premios de la Academia Cinematográfica? Lo cierto es que no son pocas las obras que se han presentado a este galardón. Curiosamente, de las cuatro películas que han sido premiadas, tres no recibieron la famosa estatuilla. Desde la inauguración de los Óscar allá por el 1929, no se entregaron premios a las mejores películas de habla extranjera hasta 1947. Sin embargo, estas primeras ediciones no contaban con un premio propiamente dicho, sino con una mención de honor. Los tres films que ganaron esta mención, Rashomon (Akira Kurosawa), La puerta del infierno (Teinosuke Kinugasa) y La leyenda de Musashi (Hiroshi Inagaki), lo hicieron justo antes de crearse la categoría conocida actualmente como Premio a la mejor película de lengua no inglesa. Desde entonces, ninguna de las trece películas nominadas hasta el momento ha conseguido llevarse el premio… excepto una.
Despedidas (Okuribito), la película afortunada, nos cuenta la historia de Daigo Kobayashi, un joven violonchelista que decide regresar con su esposa Mika a su ciudad natal de Hirano cuando se disuelve la orquesta en la que toca. Al llegar allí, contesta a un anuncio de trabajo convencido de que se trata de una agencia de viajes. Sasaki, el dueño de la agencia, le contrata sin mirar su currículo, y Daigo no tarda en descubrir que el trabajo tiene que ver con viajes, pero hacia el más allá: se trata de ocuparse de la ceremonia del amortajamiento, de la última despedida. No está nada convencido, pero ante lo que Sasaki está dispuesto a pagarle, acaba por intentarlo. Avergonzado, le dice a su mujer que la agencia se ocupa de organizar “ceremonias”. Una guapísima suicida que en realidad es un chico, una adolescente infeliz muerta en un accidente de moto, una abuela que quería ponerse los calcetines blancos de sus nietas… La muerte se presenta ante Daigo bajo diversos aspectos. Al principio siente reticencia, pero poco a poco, y pese a la oposición de sus más allegados, empieza a entender cuál es el fin de su trabajo como amortajador.
El film cuenta con un reparto de lujo. Yojiro Takita, el director, es uno de los cineastas más famosos de Japón. El guión es de Kundo Koyama, que firma su primer largo después de hacerse famoso con el exitoso programa de cocina “El cocinero de hierro”. Además, la música es nada menos que de Joe Hisaishi, quien a estas alturas ya no necesita presentación. La película se rodó íntegramente en escenarios naturales en la zona de Yamagata, en el noreste de Japón, cuyos espléndidos paisajes sirven de telón de fondo durante las cuatro estaciones del año.
La mezcla de humor y drama parece haber funcionado bien, no en vano se ha llevado el único Óscar japonés y otros catorce premios más, sin contar los diez galardones que se llevó de la propia Academia Cinematográfica de Japón. El director es el primer sorprendido ante tanto éxito. Después de diez años de trabajo, seguía preocupado por el recibimiento de su obra, ya que la muerte es un tema complicado en el país nipón. Sin embargo, el público aceptó la historia con los brazos abiertos y ahora es uno de los mayores éxitos comerciales en Japón. Aquí en España se puede encontrar también gracias a Golem y a Cameo Media S.L.
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