En la década de los ochenta se produjo un boom importante en el campo de la animación: la moda de las historias de ciencia-ficción. Pero así como otras más directas como The Five Star Stories o El viento de amnesia de Kikuchi, también hubo lugar para la experimentación y proyectos más íntimos. El huevo del ángel es una de las películas más recordadas de aquella década por su hermosa animación, pero también por la incorporación de elementos surrealistas y existencialistas, haciendo que fuera una historia de lo más peculiar para la época.
La historia sigue la vida diaria de una niña de la que nunca llegamos a saber el nombre, que vive en un mundo surrealista de sombras y oscuridad, probablemente post apocalíptico, donde no habita nadie más. La niña es la guardiana de un misterioso huevo, de contenido desconocido, y pasa si tiempo recogiendo botellas y otros trastos en una ciudad abandonada. Un día se encuentra con un hombre que llega montado en una máquina y con un arma en forma de cruz en su espalda. Aunque deciden entablar conversación, la mayoría de veces terminan con la misma pregunta: “¿quién eres tú?”. Dentro del gran refugio cavernoso de la niña, que contiene muchos fósiles extraños y su colección de objetos valiosos, el hombre le explica una historia similar a la del Arca de Noé. Intrigado por el contenido del huevo que guarda con tanto celo, éste le pregunta qué es lo que hay dentro. Ella no responde, así que el hombre le sugiere que quizás debería romperlo para averiguarlo. ¿Qué misterio guarda este extraño huevo que parece ser el objeto más importante del mundo?
El huevo del ángel (Tenshi no Tamago) se estrenó en diciembre de 1985, bajo la dirección del más que famoso Mamoru Oshii, conocido por su labor en las películas Patlabor 2 y Ghost in the Shell, entre otras. Animada por Studio DEEN y Tokuma Shoten, el film cuenta también con música de Yoshihiro Kanno y diseños de Yoshitaka Amano. Sin duda se trata de un proyecto difícil de analizar, que además advertimos que no será del agrado de todos. Apenas hay diálogo, lo que lo convierte en un ejemplo habitual al hablar de animación progresiva. Además de su cargado simbolismo, la película deja su interpretación a gusto del espectador. Sin embargo, al verla queda patente que como arte introspectivo es una auténtica obra maestra. Curiosamente, se rumorea que el estudio Pixar la tomó como modelo para crear Wall-E, ya que ambas comparten varios elementos bastante significativos en la historia, aunque el estudio nunca se ha llegado a pronunciar sobre ello.
Una de las mejores películas que he visto. Oshii es un genio.