Tras el experimento con Vampires, Tezuka siguió indagando en los recovecos más oscuros de la mente humana y presentó a sus lectores Alabaster, un manga de tres tomos publicado originalmente en la revista Shōnen Champion entre diciembre de 1970 y junio de 1971. Curiosamente, el cambio fue tan radical que muchos de los fans del autor protestaron por la historia tan llena de maldad que se encontraron. Acostumbrados a la dulzura de personajes como Astro Boy y otros, los protagonistas de Alabaster crearon una gran controversia por el pesimismo y la falta de moral que exhibían, lo que ligado a la falta de moraleja y a la exploración de temas mucho más maduros nos lleva a considerar ésta como una obra muy cruda en conjunto.
James Block era un joven deportista de color al que todos admiraban. Sin embargo, tras sufrir el rechazo de la mujer que le gustaba, se volvió loco y atropelló a varias personas con el coche en medio de la ciudad. Una vez en prisión, el atleta conoce a un misterioso científico que le habla sobre su última creación: el láser F, un rayo que pude hacer invisible todo aquello que ilumina. Block está decidido a deshacerse de la piel negra que tantos problemas le ha traído y a vengarse de la chica que le condujo a su lamentable situación, así que en cuanto es puesto en libertad, va directo a buscar el increíble láser que le ayudará en su vendetta. Sin embargo, el dolor que se sufre en el proceso le obliga a apartarse antes de que lo mate y por tanto la transformación no se lleva a cabo por completo, quedando desfigurado con una piel traslúcida que deja ver los músculos y las venas de todo su cuerpo; así pues, cambia su nombre por el de Alabastro y empieza a eliminar a todos aquellos que se jactan de su belleza.
En su cruzada criminal, el pérfido antagonista se encuentra con Ami, la nieta del doctor F, con la que también experimentó cuando aún estaba en el vientre de su madre y que ahora es completamente invisible. Alabastro usará a la joven para sus oscuros propósitos, aunque no tardará en llamar la atención de Rock, un agente corrupto del FBI que se convertirá en la horma de su zapato. Es interesante notar que a excepción de Rock, un “actor” que suele encarnar papeles bastante siniestros, Tezuka no usa a ninguno de sus personajes habituales, que probablemente resultarían demasiado cómicos para una historia tan oscura como ésta. Se podría considerar, pues, que es este manga el que inicia la transformación del autor en el llamado “Tezuka oscuro”, que le llevaría a firmar otras obras igual de retorcidas y dramáticas como Oda a Kirihito o MW.
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