Los siente dioses de la suerte son un colectivo de deidades muy presente en el folclore japonés y un motivo recurrente en los grabados de piedra. Sus nombres son:
- Hotei: Dios de la abundancia y la buena salud. Es un hombre calvo y orondo con una túnica que lleva un rosario. En ocasiones lleva un pequeño saco donde están sus pocas pertenencias, representando que es feliz incluso en la pobreza.
- Jurōjin: Dios de la longevidad. Su aspecto es el de un anciano con una larga barba blanca y un cayado. A menudo le acompañan animales como ciervos, grullas y tortugas, ya que todos representan una larga vida.
- Fukurokuju: Dios de la felicidad. Tiene un bigote muy largo y una frente prominente. El libro sagrado que lleva tiene registrados los años que vivirá una persona. También es el único capaz de revivir a los muertos.
- Bishamonten: Dios de los guerreros. Lleva una lanza en una mano y una pequeña pagoda en la otra. Además de ser un formidable luchador, actúa como guardián de lugares importantes.
- Benzaiten: Diosa del conocimiento, el arte y la belleza. Suele aparecer con un torii y por ello su imagen está en muchos de los templos de Japón, en especial aquellos cerca del mar. A veces toma la forma de una serpiente blanca, así que muchos japoneses creen que soñar con una es señal de buena suerte.
- Daikokuten: Dios de la riqueza y el comercio. Se le puede reconocer por su cara regordeta y sonriente y por el gorro que lleva en la cabeza. También se le representa con un mazo mágico o con sacos de arroz y mijo.
- Ebisu: Dios de los pescadores y los mercaderes. Conocido al principio como Hiruko, lleva un sombrero alto y una caña con una gran carpa o un pargo rojo. Muchos restaurantes de pescado muestran su efigie por los valores que representa.
Como muchos de los mitos de la época, estas figuras fueron importadas de las tradiciones chinas, excepto Ebisu, que es una creación japonesa. Existe otro dios, Kichijōten, diosa de la felicidad, que se suele representar junto a las siete deidades o incluso tomando el lugar de Jurōjin (parece que éste y Fukuroku eran la manifestación de la misma deidad taoísta). Sin embargo, como suele pasar, los dioses japoneses representan cosas distintas según el lugar, así que no hay que tomarse muy a pecho la función que tienen.
Los siete dioses suelen venir acompañados de su barco, el Takarabune. Se dice que llegan en Año Nuevo y les dan regalos a la gente que se lo merece. El otoshidama que reciben los niños al empezar el año suelen incluir un sello con el Takarabune, simbolizando así la buena suerte y que los dioses les traen el aguinaldo.
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