El 25 de enero es un día a recordar en la historia del manga, pues es la fecha en que nació uno de los autores más emblemáticos e importantes que Japón y el mundo entero tiene el gusto de recordar. Si Osamu Tezuka es conocido popularmente con el sobrenombre de “dios del manga”, se podría decir que su pupilo y amigo es entonces el “rey del manga”, un título en absoluto desmerecido que representa bien su labor como dibujante y su relevancia en este campo. Shotaro Ishinomori (cuyo verdadero apellido era Onodera) nació en la ciudad de Tome, Miyagi, en 1938. De pequeño se le consideraba un niño prodigio, y no tardó en demostrar su habilidad con la pluma a un nivel con el que los demás chavales sólo podían soñar.
En 1950, con apenas 12 años, envió una historieta a la revista Manga Shōnen con motivo de un concurso que celebraban, una gesta que le valió la oportunidad de trabajar como asistente de Tezuka en la elaboración de Astro Boy. Tiempo después, con algo más de experiencia y los consejos de su mentor, hizo por fin su debut con el manga Nikei Tenshi (“Un ángel de segunda categoría”), que firmó con el pseudónimo de “Ishimori”: una errata que mantendría durante 30 años hasta adoptar el “Ishinomori” por el que se le conoce ahora. El joven autor vivió una temporada en el famoso edificio Tokiwa-so, y aunque empezaba a surgir el entusiasmo por la animación, decidió que tendría más oportunidades centrándose en el mercado de los cómics.