Quizás enamorado por el éxito de Star Wars y similares, el Japón de los años ochenta vio nacer un boom de historias de ciencia-ficción que llenaron todos los formatos disponibles: estaban en televisión, en los cines, en las librerías… Por supuesto, la moda llegó también al anime, que pronto empezó a producir adaptaciones de las novelas más conocidas y también sus propios originales. Inspirado por series como Dimensión desconocida o Más allá del límite, Twilight Q nos presenta un par de relatos inquietantes que seguro sorprenden a más de uno.
El proyecto está dividido en dos episodios que no guardan relación alguna entre ellos. En la primera historia, Time Knot: Reflection, una estudiante llamada Mayumi encuentra una cámara en la playa mientras bucea. Curiosa por saber qué fotos habrá dentro, lleva el carrete a revelar. Cuál es su sorpresa al descubrir que en la única fotografía que contiene aparece ella cogida del brazo de un chico al que no conoce. Intrigada por la imagen, Mayumi se obsesiona por descubrir de dónde ha salido la misteriosa cámara. Mystery Article File 538, un poco más confusa y surrealista, empieza con la noticia de que varios aviones están desapareciendo, aunque lo cierto es que se convierten en carpas gigantes. Ajenos a este extraño fenómeno, encontramos a un hombre y a su pequeña hija que viven en un apartamento destartalado en medio de ninguna parte. Cuando un detective privado se acerca para indagar sobre ellos, descubre el mensaje de un antiguo investigador que le revelará una perturbadora realidad…
Parece ser que Twilight Q pretendía convertirse en una mini serie de varios capítulos, pero al final, por algún motivo que nos resulta desconocido, se quedó en sólo dos episodios. Este repentino corte nos resulta tan enigmático como las propias historias que nos presentan, más aún teniendo en cuenta que detrás había un equipo de lujo. La primera OVA estuvo dirigida por Tomomi Mochizuki, más conocido por su labor en series como Ranma ½ o Kimagure Orange Road, mientras que el diseño de personajes corrió a cargo de Akemi Takada (KOR, Maison Ikkoku). Por otro lado, el segundo episodio cuenta con guion y dirección de Mamoru Oshii y diseño de personajes de Katsuya Kondō. Y además, la banda sonora de ambos está compuesta por Kenji Kawai. ¡Ahí es nada! Desde luego, no son nada especial en cuanto a animación se refiere, pero es que todo el peso recae en la narrativa. No es algo que recomendaríamos ver a todo el mundo, pero si alguien tiene interés en la ciencia-ficción japonesa más genuina, es una buena opción.