El nue es una misteriosa criatura que tiene cabeza de mono, cuerpo de mapache, patas de tigre y cola de serpiente. En ocasiones se le ha representado también como un pájaro, quizás por su distintivo graznido, que es muy parecido al del mirlo montañero. Se desplaza convertido en una nube negra, que deambula por los cielos llevando la desgracia y la enfermedad a los lugares que visita. En cualquier caso, su nombre es sinónimo de engaño y malestar.
La historia más famosa sobre el nue se describe en Heike Monogatari (“La historia de Heike”) y tiene lugar en el año 1153, en el palacio imperial de Kyoto. El emperador Konoe empezó a tener unas pesadillas horribles todas las noches, hasta el punto de caer enfermo, y parece que el origen de sus malos sueños era una nube negra que siempre aparecía sobre el tejado de palacio alrededor de las dos de la noche. Un día, el guerrero Yorimasu Minamoto decidió enfrentarse al problema y subió al tejado para disparar una flecha a la nube, de la que acabó cayendo el cuerpo de un nue. Se dice que luego lanzó el cadáver al mar y cuando llegó a la costa, los lugareños lo enterraron, temiendo una posible maldición. La historia fue muy famosa durante la época feudal, y el poeta Zeami Motokiyo escribió una canción en 1435 que relataba los hechos de forma más lírica.
La palabra “nue” aparece en algunos de los libros más antiguos de Japón, entre ellos el Kojiki. Sin embargo, según la escritura de la época, su nombre se escribía entonces como “nuye”, y hacía referencia a un pequeño pájaro de Asia. Desde entonces, el concepto que evoca este vocablo ha ido evolucionando y tomando nuevas formas, hasta terminar con la acepción actual. Debido a su forma inusual, el término se emplea también para describir a gente sospechosa, representando así la idea de que son como la mítica bestia, que no ayuda a discernir de qué animal se trata.

Escena de Yorimasu Minamoto matando al nue en el tejado
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