Capcom es especialmente conocida por su series de lucha Street Fighter y, en menor medida, Darkstalkers. Sin embargo, éstos no son los únicos títulos del género que ha lanzado a lo largo de su historia. Creado en exclusiva para máquinas recreativas, Red Earth (Warzard, en su país de origen) es un juego que logró salir de Japón, pero que no tuvo un gran mercado en occidente. El motivo es que a pesar de la superioridad técnica y gráfica de la que hacían gala los juegos de placa CPS-3 como éste, el elevado coste y la fragilidad del hardware ahuyentaron a los posibles operadores. Por supuesto, esto no quita un ápice de calidad a esta joyita. Veamos qué es lo que lo hace tan interesante.
La historia tiene lugar en el año 1999 (13XX en las ediciones extranjeras) en una dimensión alternativa donde el mundo se ha estancado en una era medieval fantástica. Un nuevo país, liderado por el pérfido Blade, está enviando a sus tropas de monstruos para dominar el planeta, pero cuatro valerosos héroes se interpondrán en su camino. Son Leo, rey de Greedia que sufre una maldición; Kenji, el mejor ninja de Zipang; Tessa, estudiosa y hábil en la magia; y Mai-Ling, talentosa luchadora de Gora. Existen dos modos de juego, Quest y Versus. En el modo Quest, el jugador debe elegir a uno de los cuatro héroes y avanzar en su historia, derrotando a los distintos jefes que le impiden el paso y ganando experiencia para subir de nivel y mejorar sus habilidades. El juego hace uso de un sistema especial de contraseñas que permite volver a jugar con el mismo nivel en que lo dejamos la última vez. En Versus, dos jugadores pueden combatir uno contra otro, pero sólo pueden elegir de entre el limitado elenco protagonista.
Ounomachi 